by Alberto Julián Pérez
The sleeping books rest on the shelves,
waiting for the reader who may wake them up.
Which authors dreamed them, God knows,
He is the Author of all. (We are also in his Book.)
I take one at random and open it on the desk.
The balsamic light illuminates its pages.
Its flow of words and meanings
reaches my avid mind.
The mysterious volume challenges me.
I unravel, appreciative, its message.
In the best style of a forbidden song
dreams from its pages come to me.
His desires are reborn and touch my heart.
Open sesame, let there be light!
All the paths converge
on the words that awaken.
Its phrases make me powerful.
I will defeat destiny.
I take over the world little by little.
Like an ant I steal its meaning.
I lick it and taste it to the bone.
The marrow of paper feeds me.
Thought travels through its pages.
The images and sounds of language
enthrall me.
They open their kaleidoscope
and sing in my ear. To be or not to be,
that is the question. All is Literature
to me. His universe lives.
Like a monk I guard the great treasure,
I am his custodian, his librarian, his poet.
Translated by Carolina Pérez
El lector y la biblioteca
Descansan en los anaqueles
los libros dormidos
esperando al lector que los despierte.
Qué autores los soñaron Dios lo sabe,
él es el Autor de todo.
(También nosotros estamos en su Libro.)
Tomo uno al azar y lo abro sobre la mesa.
La luz balsámica ilumina sus páginas.
Su rico flujo de palabras y sentidos
inunda mi mente ávida.
El volumen, misterioso, me desafía.
Descifro, conmovido, su mensaje.
En el mejor estilo de una canción prohibida
se suceden los sueños encerrados en sus páginas.
Sus deseos renacen y me alcanzan.
Ábrete sésamo, ¡qué la luz se haga!
En las palabras que despiertan
confluyen todos los rumbos.
Sus frases me hacen poderoso.
Venceré al destino.
Me adueño del mundo poco a poco.
Como hormiga le robo su sentido.
Lo lamo y lo gusto como un hueso.
La médula del papel me alimenta.
El pensamiento viaja por las páginas.
Las imágenes y sonidos del lenguaje
me embelesan. Cantan en mi oído,
me abren su caleidoscopio.
Ser o no ser, he ahí el problema.
Todo es literatura
para mí. Su universo vive.
Como monje custodio el gran tesoro,
soy su guardián, su bibliotecario, su poeta.
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